En esta entrada trataremos los tipos de diversidad funcional, los grados en los que se da y algunos trastornos relacionados.
A continuación se detallan los diferentes tipos de diversidad funcional, explicándose algunos ejemplos:
1. Física o motriz
Implica una dificultad para realizar movimientos, lo cual afecta en la capacidad para desplazarse, en el equilibrio, manipulación de objetos o incluso al habla y a la respiración.
Las causas detrás de este tipo de diversidad funcional pueden ser variadas, pudiendo haber problemas óseos, musculares, en la formación de miembros o se puede dar el caso de haber sufrido algún accidente que perjudicó a la integridad física.
Tiene origen diverso, pudiendo presentarse de forma prenatal, perinatal (complicaciones durante el embarazo) o postnatal asociados a diferentes patologias o por traumatismos.
Otra de las causas es el hecho de tener problemas en la corteza motora, estructura cerebral que se encarga de los movimientos.
Para ayudar a este colectivo de personas es importante detectar las barreras que puedan haber en su día a día, como por ejemplo escaleras, ascensores no adaptados para sillas de ruedas o lugares de difícil acceso.
Algunas condiciones en las que se da diversidad motriz:
- Esclerosis múltiple
- Lesión medular
- Mal de Párkinson
- Espina bífida
- Parálisis cerebral
- Distonía muscular
- Acondroplasia
2. Visual
Puede englobar tanto la ceguera como problemas de visión más leves. La ceguera puede ser total (implica que la persona no presenta restos visuales) o parcial (puede percibir siluetas de luz).
Las causas de la ceguera tiene origen diverso, pudiendo ser congénita o adquirida. Entre las adquiridas más comunes estan las cataratas, problemas oculares fácilmente corregibles como la miopía o el estrabismo e inflamaciones en los ojos. Este tipo de problemas suelen aparecer con mayor frecuencia a partir de los 50 años. La diabetes también puede provocar algunos tipos de cegueras.
Las medidas para ayudar a las personas con dificultades visuales son variadas. En los casos más leves están las medidas correctivas, como las gafas, luces especiales o textos con letras de tamaño más grande. También se puede recurrir a la cirugía ocular.
El sistema Braille ha sido de gran ayuda para las personas con ceguera total o parcial, dado que les posibilita leer sin necesidad de ver. Así, pueden llevar a cabo tareas tan habituales como el poder leer un libro, elaborar una lista de la compra o tener acceso a periódicos.
3. Auditiva
Este término es muy genérico, y se utiliza englobando a todas las personas que han sufrido algún tipo de pérdida en la audición. Esta pérdida puede ser profunda, como es el concepto general que se tiene de sordera o cofosis, o también leve, como lo es la hipoacusia.
Puede darse el caso de que la persona tenga el problema auditivo en un solo oído (unilateral) o en los dos (bilateral).
El diagnóstico se hace mediante una audiometría, que es una técnica que permite saber la agudeza auditiva de una persona.
Las causas d pueden ser muy variadas, como por ejemplo la rubéola materna, sufrir de sordera hereditaria.
Si este tipo de problema se adquiere antes de haber aprendido el lenguaje puede ser un factor muy perjudicial para que la persona logre adquirir esta capacidad de forma oral.
Las personas con diversidad auditiva pueden llevar a cabo las tareas diarias de forma satisfactoria si se les satisfacen medidas para poderles facilitar la vida. Algunos ejemplos de medidas que les permite facilitarles su vida son las prótesis auditivas, el lenguaje de señas y apoyos visuales.
4. Intelectual y psíquica
Aquí hacemos una distinción entre intelectual de la que se considera psíquica:
La diversidad funcional de tipo intelectual es el término que ha sustituido la expresión retraso mental. Implica problemas de adaptación y dificultades de aprendizaje. Puede coexistir con otros tipos de diversidad funcional, dado que muchos trastornos en los que hay problemas intelectuales suponen además otro tipos de dificultades. Ésta puede implicar un desarrollo más lento. Los niños y niñas pueden tardar significativamente más comparado con otros de su misma edad en hablar, caminar, aprender habilidades de lectoescritura.
Los factores detrás de los problemas intelectuales pueden ser muy variados, desde problemas cromosómicos, desnutrición, traumatismos craneoencefálicos.
Algunos ejemplos de condiciones en las que hay diversidad funcional de tipo intelectual son:
- Síndrome de Down
- Síndrome alcohólico fetal
- Síndrome de X frágil
- Síndrome de Klinefelter
- Y un largo etc
En cuanto a la diversidad psíquica, hace referencia a dificultades en áreas como por ejemplo la comunicación o las interacciones sociales. Se diferencia de la diversidad de tipo intelectual básicamente porque la inteligencia no se ve afectada. Afecta al comportamiento adaptativo. Algunos ejemplos de problemas que implican este tipo de diversidad son trastornos psicológicos como la esquizofrenia, el trastorno bipolar…
5. Multisensorial
Hay personas que sufren tanto problemas de tipo auditivo como visuales. A este colectivo se les denomina persona sordociegas, aunque cabe destacar que no necesariamente carecen por completo de ambos sentidos.
Este tipo puede darse ya desde nacimiento, es decir, sordoceguera congénita, o se puede adquirir durante los primeros años de desarrollo, siendo llamada sordoceguera adquirida.
En los casos más graves, presentan serios problemas para interactuar con el mundo exterior, dado que no ver ni oír implica que las dos principales vías de adquisición de información del mundo exterior estén cerradas.
El síndrome más conocido dentro de este tipo de diversidad funcional es el de Usher. Se caracteriza porque se nace con problemas auditivos y, al llegar a la adolescencia tiene lugar la pérdida visual.
Referencias bibliográficas:
- Marchesi, A., Coll, C. y Palacios, J. (2004). Desarrollo psicológico y educación.: 3. Trastornos del desarrollo y necesidades educativas especiales. Madrid: Alianza Editorial.
- Smith, R. J. H., Berlin C. I., Hejtmancik, J. F., Keats, B. J. B., Kimberling, W. J. R., Lewis A., Möller C. G., Pelias M. Z., Tranebjærǵ, L. (1994). Clinical diagnosis of the Usher syndromes. American Journal of Medical Genetics, 50(1), 32-38.